Plena Inclusión Madrid

Apoyos que buscan vidas plenas. #TodosSomosTodos

Los apoyos son fundamentales para cualquier persona con discapacidad intelectual. La propia discapacidad, en la mayoría de los casos, se ve modulada por los apoyos y dificultades que se originan en el entorno de la persona. En el caso de aquellas personas con discapacidad intelectual más severa, estos apoyos se convierten en algo fundamental para su desarrollo personal y su inclusión social. En muchos casos incluso, estos apoyos y ayudas técnicas son vitales para poder relacionarse con el mundo que les rodea.

Sin embargo, a pesar de la gran dependencia de terceros que tienen estas personas, los apoyos recibidos por las mismas son consideradas insuficientes en uno de cada tres casos (34%), según el estudio “Todos Somos Todos” realizado en 2016 por Plena inclusión e INICO. Un ejemplo claro es el de las personas que presentan dificultades para comprender o expresarse mediante el lenguaje: sólo un 3,8% utiliza alguna ayuda técnica para poder hablar de manera comprensible, y poco más del 35% recibe apoyos para comprender lo que dicen los demás.

Esta carencia de comunicación es un aspecto clave para la exclusión y la falta de oportunidades.Otra cuestión fundamental en los apoyos es la institucionalización, ya que casi un millón de personas con discapacidad reside en grandes instituciones o centros en Europa. De ellas, la mayoría tienen alguna discapacidad intelectual (en España son 16.591 personas con discapacidad severa y profunda que residen en centros).En los últimos años, Plena inclusión ha abordado diferentes acciones formativas y proyectos piloto en diferentes metodologías que apuestan por un apoyo personalizado y enfocado hacia la inclusión.

Planificación Centrada en la Persona: es una metodología que se asienta en la visión de respeto, dignidad y capacidad de las personas con discapacidad. Su objetivo es ayudar a estas personas a planificar los pasos a dar para lograr sus metas personales, a través de un proceso de colaboración en el que se implica a la propia persona, a su familia y a su círculo cercano, en la planificación de su proyecto de vida, con el fin de dar los pasos necesarios para alcanzar sus deseos. Implica por tanto una reflexión sobre todas las áreas de la vida: salud, amistad, relaciones familiares, apoyos, trabajo, etc. La persona, ayudada por sus seres queridos, debe descubrir cómo quiere vivir, identificar las oportunidades de su entorno, reconocer las barreras, encontrar nuevas direcciones para avanzar, y crear un plan de futuro.

Planificación Centrada en la Familia: parte de la creencia firme en que la familia es experta en el día a día y es importante que colabore con los profesionales para identificar sus necesidades y oportunidades como familia. Pretende lograr la calidad de vida de la familia, su bienestar, favorecer la relación entre sus miembros y los proyectos de vida personales de cada uno de ellos.

Apoyo Conductual Positivo: esta metodología se aplica fundamentalmente en personas con discapacidad intelectual y trastornos de salud mental. Es un conjunto de estrategias que, a través de la adaptación del entorno y la enseñanza de habilidades, pretende minimizar sus problemas de conducta y mejorar su calidad de vida. Se plantea como alternativa a otras metodologías más restrictivas y coercitivas. Las intervenciones de apoyo conductual positivos deben ser socialmente aceptadas y respetuosas con los derechos humanos. Esta metodología incluye a familiares y amigos, y se basa en las capacidades de la persona y en el compromiso compartido con el aprendizaje y la acción hacia sus derechos.

Apoyo activo: es un modelo de trabajo que pretende mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo promoviendo su participación en actividades del día a día, de forma que tengan experiencias y relaciones significativas. Para ello, las personas de apoyo deben conseguir a través de sus interacciones con estas personas, mayores niveles de implicación y participación en sus vidas.

Empleo Personalizado: es un modelo para el empleo de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y grandes necesidades de apoyo, basado en el análisis de los talentos de la persona y en el contacto con oportunidades de empleo en su entorno cercano, de forma que se establezca una relación individualizada entre empleador y empleado que satisfaga las necesidades de ambas partes. Es contrario a los modelos excluyentes basados en la creencia de que “hay personas que no pueden, que no son capaces”.